¡Feliz viernes, tiradados!

Hoy es la última newsletter de nuestra serie sobre la imaginación.

Hoy te revelaré cuál es ese regalo único que podrás obtener si contestas al correo.

Pero antes tengo que preguntarte algo.

¿Alguna vez has creado un universo propio para tus partidas?

Bienvenido a Ard’Khasia

Me da algo de vergüenza contarte que tengo un universo.

Está poco desarrollado. Es un huevecito.

Pero es mi huevecito, y lo cuido con mucho mimo.

Sobre las olas del mar y las dunas del desierto, levita la ciudad de Khaeria. Allí, nobles y eruditos buscan nuevas formas de explotar la safirita: El mineral flotante. Sin embargo, con cada cargamento que llega del puerto de Dirnat se extiende un nuevo rumor: “La ciudad caerá”. En la región minera, apenas llegan los suministros, y la extracción de safirita disminuye cada día ¿Están los nobles volando demasiado alto como para darse cuenta?

Esa es la premisa de mi ambientación.

Supongo que es un cóctel de cosas que me parece interesantes o que he vivido:

Los minerales son piedras que brillan bonito, ¡como los dados! Dan un toque mágico a cualquier estancia.

Los palacios voladores son obras de arquitectura impresionantes que hablan de lo que los humanos somos capaces de lograr.

Sin embargo, no puedo obviar conflictos como la explotación laboral (que he vivido en mis carnes) o la desconexión de la realidad de las clases pudientes. Son temas a los que siempre doy vueltas en mi cabeza.

Creando una ambientación

Lo cierto es que no tengo grandes consejos que dar sobre worldbuilding (Ya sabes, la disciplina de crear mundos de ficción).

Sin embargo, hay uno que se refleja en la sección anterior y que tengo presente cada vez que creo algo: “Sé honesta. Sé fiel a ti misma.”

Es un clásico, pero es muy cierto.

Al escribir la sección anterior me planteé seriamente si mencionar la explotación laboral.

Me gusta que esta newsletter sea un espacio cómodo y seguro (cozy si quieres ser más cool) y ese no es un tema demasiado agradable. Sin embargo, para mí es importante, y no tendría sentido hablarte de mi universo si no puedo hacerlo con honestidad.

Este universo es algo que creo para mí, y me encanta que otras personas de mi entorno lo disfruten, pero no puedo perder mi esencia solo para conseguir validación externa.

Parece un buen motivador, pero se quema rápido.

Lo mismo pasa con mis creaciones para la tienda. Jamás te ofrecería algo que no considerase útil o valioso. Jamás crearía algo que no quisiera también para mí.

Mil cabezas piensan más que una

Si algo me ha enseñado el proceso creativo, no obstante, es que puedes estar tan metida en tu propia cabeza que cuesta salir de ahí.

Jugar con mis amigos en Ard’Khasia me permitió ver nuevas perspectivas y desarrollar las mejores partes de mi worldbuiding.

De la misma manera, los mil planes que tengo para Irene’s Grimoire pueden impedirme ver nuevas ideas que sean aún más útiles. Más fantásticas.

¿Qué echas en falta en tus partidas de rol para que la mesa se sienta como una auténtica historia de fantasía?

Dados con luces mágicas, libros que se convierten en mapas de combate, pantallas con marcadores magnéticos…

Estas son algunas de las ideas que me han mandado. ¿Qué se pasa por tu cabeza?

Contéstame al correo con tu respuesta y podrás llevarte un premio físico.

¿Cuál?

La Edición 0 de nuestro Cuaderno de Campaña.

Una primera edición secreta. De solo 50 unidades.

No se puede comprar. Se la regalamos a gente de nuestra máxima confianza para que lo prueben antes que nadie.

Y tú puedes ganar una.

Firmada.

Con un dibujo exclusivo hecho a mano por mí. Un dibujo que no tendrá ningún otro cuaderno en todo el mundo.

Para ti, de verdad.

Recuerda. Contesta a este correo con tu respuesta a ¿Qué echas en falta en tus partidas de rol para que la mesa se sienta como una auténtica historia de fantasía?

La respuesta más original se lleva el cuaderno.

Hoy a las 23:59 se cierra el plazo.

La semana que viene anunciaré quien ha ganado y su idea.

¡Propicias quests y mejores tiradas!

🦉 Irene la Maga

🦃 Saúl el Bardo

P.D. ¡Tic, tac, tic, tac!